El día 6 de agosto hacia las
11:30 a.m. se produjo un incendio al lado de la carretera, en una pinada a
200 metros de las
piscinas naturales de Acebo. Según testigos presenciales vinieron dos retenes
de bomberos y en dos horas se apagó el fuego. Un retén se fue y el otro al
parece ser se quedó sin agua y no fue a repostar. Hacia las 15 horas el fuego
se había reproducido de nuevo, pero no había nadie allí para controlarlo.
La noche del 6 de agosto cerca de 70 personas se encontraban rodeadas
por las llamas en el centro Lalita, situado en el término municipal de Acebo,
lejos del casco urbano. Con muchas dificultades fueron evacuadas al centro El
Encuentro, situado en el término municipal de Perales del Puerto, en la zona de
Las Pasaderas, por la Dehesa de Arriba, lejos del casco urbano. La madrugada
del 7 de agosto, estas personas vieron cómo se acercaba el fuego hacia el
centro El Encuentro y llamaron a emergencias para informarse de
la situación. Se les
recomendó evacuar el lugar. Lo hicieron por su cuenta, sin recibir ninguna
ayuda de los responsables de la gestión del incendio. La mañana del 7 de agosto
ardieron dos edificaciones de dicho centro El Encuentro, sin que acudiera al
lugar ningún efectivo de la lucha contra el incendio. A primera hora de la
tarde dos personas que se habían acercado al lugar, vieron que empezaba a arder
una tercera edificación, mientras unos ocho helicópteros sobrevolaban la zona
descargando agua en el monte. Esas dos personas que se encontraban en El Encuentro
llamaron a emergencias para solicitar que los helicópteros descargaran el agua
sobre la casa que comenzaba a arder. Tras mucho insistir, los helicópteros
descargaron el agua encima de la casa, que ya había ardido casi totalmente.
El viernes 7 de agosto por la mañana en el término municipal de Perales del Puerto, en la Dehesa de Arriba, por la zona de la Fuente Fría, donde se ubican varias viviendas, un grupo de vecinos están a la altura de El Pocito pendientes del incendio. Hacia las 9 a.m. una tanqueta amarilla con un equipo de fuera de la Sierra llega a la altura de los vecinos. Estos le piden que se quede allí, pero la tanqueta da la vuelta y se va por donde vino (Un camino de cemento. El que sube desde la carretera de Cilleros hacia la ermita de la Virgen de la Peña) Esa mañana, a las pocas horas arden por esa zona varias viviendas.
El viernes 7 de agosto hacia las 11 de la mañana en el término municipal de Perales del Puerto, junto a la carretera de cilleros, a la altura del alcornocal de la tía Felicia esperan varias tanquetas. La coordinadora plantea que las tanquetas entren hacia la zona de la Dehesa de Arriba, por la calleja de tierra que comienza en las viviendas que hay junto a la carretera. Una vecina le dice que más arriba las tanquetas no podrán pasar, dado lo estrecho de la calleja, y le plantea que un vecino conocedor del terreno les acompañe para indicarles por donde acceder. La coordinadora dice que eso no se puede hacer. Al cabo de una media hora la coordinadora sube en una PICAP y se va en dirección a la Dehesa de Arriba por el camino de cemento, cercano (El que sube desde la carretera de Cilleros hacia la ermita de la Virgen de la Peña), que le indican los vecinos. Al poco tiempo llega la guardia civil y echa a los vecinos de la zona. Esa mañana arden varias viviendas por la zona de la Dehesa de Arriba y Las Pasaderas.
El sábado 8 de agosto en el término municipal de Perales del Puerto, en la Dehesa de Arriba, por la zona de la Fuente Fría, desde las 6 de la mañana un grupo de vecinos están pendientes del incendio. Hacia las 12 de la mañana hay en torno a una docena de vecinos. Llega una tanqueta amarilla, carga agua de la piscina de una de las casas que hay por la zona del Sesmo de la Fuente Fría. Los vecinos le piden que se quede con ellos, pero la tanqueta se va. Hacia las 5 de la tarde llega el fuego junto a una de las viviendas de la zona. Los vecinos llaman por teléfono solicitando que acuda alguna tanqueta. No acude ninguna.
Sobre las 3:30 de la madrugada
del día 7 de Agosto al día 8 en una casa de
Hoyos empezó el fuego por el tejado. Rápidamente se extendió por todo el
tejado sin que nadie hiciera nada. Los bomberos se negaron a echar agua, pues los bomberos forestales no lo tienen
permitido. Había un camión del SEPEI en la misma esquina de la casa que pasaba
agua a uno forestal, cuando intentaron echar agua al tejado se quedaron sin
agua, habiendo una boca de riego en la misma esquina. Estaba presente el coordinador jefe
Juan Jesús Sancho Corrales. Los edificios ardieron solos toda la noche, y
fueron los vecinos los que atajaron el fuego y evitaron que pasará a mas viviendas.
El siete de agosto, entro el fuego en Hoyos avanzando
hasta la zona del helipuerto, y de la base de bomberos cerca de la potabilizadora,
en la zona de San Isidro. Delante de estas instalaciones a unos 50 metros, el fuego cerco
unos viejos molinos. Efectivos de lucha contra el fuego lo pararon. Algunos
vecinos estuvieron arrojando agua a las zonas humeantes del perímetro, para
impedir que este fuego seudo sofocado entrara en la tenada con 400 pacas de
pasto, que tenía allí. Lo controlaron y marcharon a otra zona, pues Hoyos ardía
por múltiples frentes. Cuando regresaron se había vuelto a activar y se
volvieron a meter entre las llamas para intentar que no se quemara la tenada y
el pasto. Entraron con un tractor y echaban agua con el compresor. Los medios
de bomberos estaban a unos 50
metros, y a pesar que los llamaron, y que veían sacar
pacas ardiendo de la tenada, nada hicieron, y en poco tiempo la tenada ardió.
Les dio tiempo a salir con el tractor y no arder allí dentro. Esto tuvo lugar a
la luz del día a las 12 de la mañana de ese día 7 de agosto.
El 9 de agosto una persona hablando en Hoyos con un bombero de
Plasencia, le preguntó por el desarrollo de sus labores, y le dijo que lo único
que hacían era echar agua sobre si mismos, pues las circunstancias
descontroladas del fuego no les permitían hacer más, ya que no tenían
conocimiento del territorio y sus caminos. Al preguntarle por la coordinación
con los bomberos de la UME, le dijo que no hubo ninguna coordinación, y que
fueron mas bien un estorbo, ya que estaban sentados, parados, cruzados de
brazos esperando recibir ordenes que por lo visto no llegaban.
El día 6 de Agosto, a las 17,15 horas, los bomberos voluntarios de
Ciudad Rodrigo, son movilizados a requerimiento del Servicio Territorial de
Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, acudiendo al cortafuegos del
límite de provincia donde se incorporan a los efectivos desplegados en la zona. Se moviliza una
autobomba forestal pesada, un vehículo nodriza y un vehiculo forestal ligero.
Sobre las 21,30 horas el fuego parece perder intensidad y se comienza a valorar
la posibilidad de un ataque directo al fuego con las cuadrillas y efectivos
personales presentes. A las 22,00 horas comienza a levantarse un fuerte viento
con dirección sureste que lo aviva e impide la intervención que se planteaba.
El fuego comienza a descontrolarse y extenderse por la ladera en dirección al
puerto de perales. Sobre
las 23,30 horas son desmovilizados a la espera de la evolución del fuego.
A las 4,30 horas del día 7 de Agosto son movilizado de nuevo al haberse
iniciado la ejecución de un contrafuego para evitar la propagación del fuego
hacia la zona de El Payo. de nuevo se movilizan los mismos medios, autobomba
forestal, nodriza y vehículo ligero. Concluido el contrafuego, no siendo necesarios sus servicios
en esa zona, se mantienen a la espera de que sean requeridos sus servicios en
alguna otra zona del incendio, introduciéndose incluso hacia el interior de la
provincia de Cáceres por la
carretera EX-109 por si podían aportar su ayuda en algún
punto.
Nadie se pone en contacto con ellos ni requiere su presencia en ningún
otro lugar del incendio, ni por parte de los medios de la Junta de Castilla y
León ni de la Junta de Extremadura. Durante todo el fin de semana, se mantuvo
un retén en el Parque de Ciudad Rodrigo a la espera de ser movilizados, algo
que nunca llego a producirse.
Ningún responsable de la gestión
del incendio se encargó de contactar con las personas de los pueblos afectados
que vivían en casas alejadas de los cascos urbanos, con el fin de avisarles de
que el incendio avanzaba hacia sus viviendas, y asegurarse de que no
necesitaban ayuda para ser evacuados en caso de necesidad.
Los responsables de la gestión de
las labores de extinción del incendio desconocían la ubicación (Y en algunos
casos la existencia) de viviendas situadas lejos de los cascos urbanos de los
pueblos afectados.
No existe algún protocolo de
actuación por parte de los ayuntamientos, para contactar con los vecinos que
viven fuera de los cascos urbanos en caso de incendio, con el fin de avisarles
y en caso necesario prestarles ayuda para evacuar sus domicilios.
El Retén contra Incendios de
Hoyos fue enviado a Acebo el 8 de agosto por la mañana a repasar lo ya apagado
cuando en Hoyos, (terreno que ellos conocen a la perfección), comenzaba el
fuego en el Castañar, y tuvieron que irse contra su propia voluntad abandonando
su propio pueblo.
El coordinador de zona, Juan Jesús
Sancho Corrales, enviaba a los operarios del reten de Hoyos a zonas alejadas
del pueblo, y a Hoyos enviaba a gente de otras zonas que no conocían el terreno
ni caminos ni pistas ni callejas.
El primero en dar la voz de
alarma de abandonar el pueblo de Hoyos fue un vecino que recorrió el pueblo con
su coche tocando el claxon.
La base de helicópteros de Hoyos
estuvo por dos veces a punto de quemarse. Primero el día siete por la mañana
sobre las diez y media, luego a mediodía y el día ocho lo mismo, le volvió a
llegar las llamas muy cerca, no podían despegar los siete helicópteros que
estaban en la base por el humo. Helicópteros que no levantaron vuelo hasta las
diez y media por lo menos. Por eso tenían luego a repostar lejos, la base
durante el día ocho estuvo llena de humo todo el día.
Se dieron órdenes desde la
emisora que mandaban a repostar de combustible a un helicóptero a
Pinofranqueado a 50 Km.
de distancia, teniendo una base en Hoyos a 5 Km.
No se sustituyó el pelotón de la
UME (ejército) que venía desde Madrid con un camión nodriza (14.000 litros de
agua) que se averió a medio camino. El resultado fue que en el gigantesco
incendio de aquella noche en Acebo (día 7) tan solo había un camión de bomberos
con ocho mil litros para repostar a tal vez una docena de camiones operativos.
La guardia civil cortaba los
accesos a los pueblos hasta 48 horas después de haberse producido el incendio,
cuando ya no había peligro de transitar las carreteras. Así que la gente,
arriesgando su vida, venían a los pueblos a ayudar, cruzando por caminos
evitando los controles.
La
Guardia Civil “obedeciendo órdenes” impedía el acceso a los
vecinos que querían volver a sus hogares para ayudar en lo que se pudiera, y
tenían que arriesgarse verdaderamente, atravesando kilómetros de pistas
forestales con troncos todavía ardiendo o atravesados en los caminos, para
burlar los controles de vigilancia.
En bastantes casos los equipos de extinción se desentendieron de
viviendas y de cobertizos de ganado, siendo los propios vecinos quienes
evitaron que ardieran, luchando contra el fuego con sus propios medios, en
algunos casos desobedeciendo las órdenes de evacuación y siendo multados por
ello.
Existe en la comarca una opinión bastante generalizada de que ha habido
falta de coordinación en las labores de extinción y/o directamente una mala
coordinación.
Se describen muchos casos de mala gestión de las labores de extinción,
por desconocimiento del territorio por parte de las personas que coordinaban
las acciones sobre el terreno, ante la desesperación y el enfado
de los vecinos presentes.
El jueves 6 de agosto, como la mayor parte de los días desde hace más de
cuatro años, el personal de Servicio en los diferentes Parques de la Provincia
de Cáceres se encontraban, o bajo mínimos o en mínimos. No se cubrieron
durante la jornada de Servicio, ausencias justificadas o permisos solicitados,
quedando los Parques más precarizados aún a determinadas horas. El primer
equipo de bomberos que llegó a la zona del incendio (piscinas naturales de
Acebo) era del parque de Coria, el cual, una vez extinguido el conato de
incendio regresó al parque. Nada más llegado dicho equipo al parque se produjo
la alarma y de nuevo, vuelta a la zona del incendio. Las considerables
dimensiones del siniestro hicieron que se empezasen a movilizar más medios,
pero al personal del parque de Plasencia, cuando se quiso movilizar y llegar
era de noche. Parte de los medios desplazados desconocían la zona, la
estructura urbanística de las poblaciones, los medios de prevención existentes
(bocas de incendio y diferentes puntos de abastecimiento de agua) y vías de
aproximación al fuego o vías de escape. La Jefatura del SEPEI, no se situó de
inicio en un Centro de Coordinación, movilizando al personal del que disponía
de forma caótica que llevó a situaciones de grave peligro para el personal
y también mantuvo personal inoperativo durante tiempo en el que se podía
haber ayudado al control del incendio. Faltó avituallamiento de sólido y
líquido al personal de extinción en varios casos. El helipuerto de Hoyos
disponía de varios aparatos pero en algunos casos, algún técnico necesario tuvo
problemas para llegar por estar cerradas al tráfico por la Guardia Civil
determinadas carreteras. Se podría haber habilitado otro lugar para los
helicópteros lejos del humo. La
Jefatura del SEPEI pudo disponer de más personal de bomberos por ofrecimiento
de los propios profesionales pero no hizo caso para poner a la opinión pública
en contra, al haber un conflicto laboral. Con todo ello, el personal del SEPEI,
al igual que el resto de servicios de la Junta de Extremadura o de Tragsa,
trabajó en muchos casos más de 20 horas seguidas por persona en condiciones
penosas. (Testimonio de un profesional de bomberos del SEPEI de Plasencia)
COMPARECENCIA DEL REPRESENTANTE DE LA “PLATAFORMA SIERRA DE GATA” EN LA COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN DE LA ASAMBLEA DE EXTREMADURA
(!6 Marzo 2016)
(Leído durante la performance)
El Pleno de la
Asamblea de Extremadura aprobó el jueves 7 de julio de 2016 el dictamen de la Comisión No Permanente de Investigación de la cámara sobre el
incendio del pasado verano en la Sierra de Gata en el que se establece que hubo
descoordinación en las tareas de extinción.
El Pleno de la Asamblea de
Extremadura establece que el incendio fue provocado y una vez
que se expandió se descontroló, a pesar de los recursos disponibles, por
cuestiones como la falta de gestión, la descoordinación en el Mando Avanzado y
con otras administraciones, el mal avituallamiento de los trabajadores y las
malas comunicaciones.
El Parlamento
regional dice por mayoría que hubo descoordinación en extinción fuego Sierra
Gata.
ALGUNAS COSAS TIENEN QUE CAMBIAR EN LOS PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN CONTRA LOS INCENDIOS